Después de un 1 de Mayo histórico, la dirigencia de los sindicatos anunció este martes una próxima fecha de movilización para el 6 de junio. Otra vez marchas discontinuadas, pensando sólo en presionar al parlamento, manteniendo una estrategia de derrota que intenta enterrar la lucha que empezó contra la reforma de las pensiones y se transformó en un movimiento contra Macron.
Bloqueos, manifestaciones no autorizadas y endurecimiento de la huelga en las refinerías. Tras una noche de ira el jueves, el olor a pólvora se volvió a sentir el viernes en toda Francia.