La relación de las distintas prácticas culturales con el capitalismo es siempre tensa en la medida en que el capital intenta cada vez que puede imponer su lógica. Y siempre contradictoria, en la medida en que distintas expresiones culturales exceden las imposiciones de la industria cultural, y no pocas veces acompañan, de hecho, las resistencias en la lucha de clases.
A propósito de Art and Postcapitalism. Aesthetic Labour, Automation and Value Production, de Dave Beech.
Ariane Díaz