Licencias por enfermedad, la demanda de cerca de 57.000 conductores e ingenieros. La posibilidad de que este viernes vayan a la huelga muestra su enorme fuerza.
Cerca de 67.000 trabajadoras y trabajadores ferroviarios podrían ir a la huelga este viernes. Conductores e ingenieres exigen un nuevo contrato que incluya cláusulas que les permitan ir al médico o responder a emergencias familiares sin ser penalizados, como hace el sistema actual que no otorga ningún día de enfermedad, según los sindicatos.
El debate no es de ahora. Ya en julio, Biden creó un órgano para mediar en la disputa entre trabajadores y las empresas, luego de dos años de infructuosas negociaciones entre seis de las mayores empresas logísticas de Estados Unidos y doce sindicatos.
Según el itinerario que fijan las leyes federales estadounidenses, este viernes termina el llamado "periodo de reflexión", lo que significa que ese día los empleados podrían declararse en huelga o las empresas podrían decretar un paro forzoso cerrando sus instalaciones e impidiendo que los trabajadores vuelvan a sus empleos.
El presidente estadounidense, Joe Biden, está trabajando a contrarreloj para evitar ese escenario. Para evitarlo, está mediando entre compañías y sindicatos y este lunes mientras estaba en Boston habló por teléfono con las dos partes, detalló Karine Jean-Pierre, portavoz de la Casa Blanca. Según sus palabras, una huelga del transporte ferroviario de mercancías podría provocar más interrupciones a la cadena de suministro e impactar negativamente en la economía.
"Una interrupción del servicio podría tener un impacto tremendo en nuestra cadena de suministro, crearía una reacción en cadena en toda nuestra economía", dijo Jean-Pierre este martes en su rueda de prensa diaria. Dijo también que la suspensión del transporte de mercancías a través de trenes podría provocar "un enorme daño" en las familias y negocios de Estados Unidos.
La Casa Blanca está haciendo planes de contingencia para que continúe el transporte ferroviario de productos clave para la economía estadounidense a través del aire en aviones de mercancías, por mar con barcos e incluso en camiones por las carreteras del país, explicó la portavoz.
Ante la posibilidad de que se produzca esa interrupción del transporte ferroviario, algunas compañías de mercancías han empezado a limitar sus servicios y han dejado de transportar materiales considerados peligrosos.
Además, la compañía ferroviaria Amtrak, que lleva pasajeros en algunos de sus trenes de mercancías, anunció ayer lunes la suspensión de algunas de sus rutas de larga distancia.
Casi todos los sindicatos han llegado a acuerdos provisionales con las empresas o están cerca de hacerlo, de manera que solo dos sindicatos son los que por ahora han rechazado la oferta de las compañías y amenazan con la huelga.
La fuerte intervención del Gobierno para evitar la huelga es una muestra de la enorme fuerza que tiene ese sector de la clase trabajadora.